Y lloras. Lloras por lo que pudo ser y no fue, por lo que puede ser y no es, por lo que podría ser y no será.

Y lloras. LLoras porque sabes y no sabes. Porque sabes que es tu culpa y no sabes como cambiarlo.

Y gritas. Gritas en silencio, gritas en su oído, gritas hasta reventarte los pulmones y perder el conocimiento.

Y gritas. Gritas de rabia, impotencia, desesperación, esperando que alguien te oiga y te saque de este sitio en el que tú sola te has metido.

Y ya no sabes escribir más que de lo perra que es la vida, y de lo mal que te ha tratado. Y piensas un poco más y cambias tu perspectiva. y sólo escribes acerca de lo perra que has sido y lo mal que has tratado tu vida.

Y no ves solución, respuesta, o una reflexión acertada, un pensamiento con sentido, o una receta de calma.

Sólo ves...¿qué ves?
...ves una niñata estúpida que no sabe lo que es vivir.