martes, 26 de junio de 2012

J. J

Y me miras con tus ojos tristes y una sonrisa en los labios. Sólo tú sabes hacerme sonreír y llorar en cuestión de segundos, sólo tú te preocupas por mí como no lo hace ni el amor de mi vida.

Duele, duele saberte muerto por dentro, duele saber que no puedo hacer nada por ti más que escucharte, más que estar ahí.

Y no dejo de pensar en que un día no estarás, en que te habrán cegado la pena y la nada como tantas otras veces, en que esta vez podrán contigo.

Ojalá pudiera atarte a este mundo, ojalá pudiera convencerte de que eres lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo, que eres único y me encantas.

Y trato de arrancarte la venda de los ojos, al tiempo que sujeto la que oscurece y suaviza mi visión del mundo. Si yo me dejo vencer, ¿quién te salvará?

Estúpida, soy estúpida al pensar que sólo yo te conozco bien, que nadie más conoce el vacío de tu interior, estúpida al pensar que me necesitas.

E inútil.