lunes, 14 de marzo de 2011

duele...

No saber qué decir para que todo sea perfecto o, al menos, llevable,
no poder descifrar esos ojos de carbón, que perdieron su fuego hace ya tiempo,
saber que todo podría ser como antes si tan solo pudiera cerrar la boca,
poder descrifrar lo que demanda cada gesto, y aún así no ceder ni un ápice...

... duele esperar horas por unos minutos, minutos que sólo saben a mar, a sal, a llanto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario